Mariana Bargsted y Jesús Yeves publican investigación sobre la flexibilidad laboral en la pandemia COVID-19

La pandemia del COVID-19 ha cambiado la forma en que trabajamos. Muchas empresas han tenido que adaptarse a la nueva realidad y ofrecer arreglos laborales flexibles para sus trabajadores. Pero, ¿cómo han afectado estos arreglos a los trabajadores? ¿Han mejorado su satisfacción laboral o han aumentado su estrés y sensación de inseguridad?

Mariana Bargsted directora alterna del MNew, junto a Jesús Yeves investigador adjunto de MNew, y Cristian Torres, ayudante de investigación, se propusieron responder estas preguntas en un estudio titulado "Flexibilidad Laboral en Pandemia y sus Efectos en Estrés, Inseguridad y Satisfacción Laboral”, recientemente publicado en la revista Psykhé.

Los investigadores partieron de dos hipótesis en su estudio. La primera hipótesis planteaba que la Flexibilidad en el Trabajo (FWA) orientada al empleado se relaciona positivamente con la satisfacción laboral y de forma negativa con el estrés percibido e inseguridad laboral. La segunda hipótesis planteaba que las variables sociodemográficas (como el sexo, la edad, el nivel de estudios y el tipo de organización) moderan la relación entre las medidas de FWA orientadas al empleado y la satisfacción laboral, el estrés percibido y la inseguridad laboral.

Para buscar evidencias respecto de estas hipótesis, los investigadores llevaron a cabo un estudio transversal con una muestra de 1.032 trabajadores y trabajadoras de diferentes sectores y regiones de Chile.

A partir de los resultados se cuenta con evidencia a favor de la primera hipótesis: las FWA orientadas al empleado se relacionaron positivamente con la satisfacción laboral y de forma negativa con el estrés percibido e inseguridad laboral. Además, se encontró que la segunda hipótesis también se confirmó: las variables sociodemográficas moderaron la relación entre las medidas de FWA orientadas al empleado y la satisfacción laboral, el estrés percibido y la inseguridad laboral, específicamente, género, edad y escolaridad.

En cuanto al género y la edad, se encontró que  mujeres y  trabajadores mayores de 45 años experimentan niveles más elevados de estrés y sensación de inseguridad en su entorno laboral. Por otro lado, se descubrió que trabajadores y trabajadoras más jóvenes experimentan una menor sensación de inseguridad laboral cuando tienen acceso a horarios laborales flexibles. Sin embargo, el teletrabajo parcial se relaciona con una mayor sensación de inseguridad en este grupo.

Durante el análisis, se observó que algunas medidas de flexibilidad están más enfocadas en el bienestar del trabajador, mientras que otras se centran en las necesidades del empleador. Se encontró que aquellas medidas orientadas al bienestar de los trabajadores, como la flexibilidad de horario, se asociaron con una mayor satisfacción, menos estrés y menos inseguridad laboral. Es importante tener en cuenta que no se puede establecer una relación causal dado el diseño del estudio, pero sí que se encontró una fuerte relación entre las variables mencionadas.

Por el contrario, medidas más enfocadas en las necesidades del empleador, como la suspensión de contratos permitida por ley y la reducción de sueldos (aunque no esté permitida, se produjo en algunos casos), se asociaron con mayores niveles de estrés e inseguridad laboral, y menor satisfacción.

En resumen, no todas las medidas de flexibilidad durante la pandemia tuvieron efectos positivos, y es importante reconocer que la flexibilidad laboral abarca mucho más que el teletrabajo. Por ejemplo, la reducción de la jornada laboral se asoció con una mayor satisfacción, pero no con un menor estrés, posiblemente debido a las múltiples fuentes de estrés en ese momento.

El equipo de investigación concluyó que las medidas de flexibilidad laboral pudieron ser herramientas efectivas para mejorar la satisfacción laboral, reducir el estrés y mitigar la sensación de inseguridad laboral durante la pandemia. Sin embargo, es importante considerar las variables sociodemográficas, ya que pueden influir en esta relación. Por lo tanto, es necesario adaptar las medidas de flexibilidad a las necesidades y características individuales de cada trabajador y trabajadora. Además, se concluyó que durante la crisis por la pandemia, las medidas centradas en el bienestar del trabajador/a se relacionan con mayores beneficios y menos estrés, pero su impacto puede variar según la edad o nivel educativo de cada grupo.

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